Los rótulos y letras corpóreas que han pasado a la historia

Cuando hablamos de lugares emblemáticos como Picadilly Circus o Times Square lo primero que se nos viene a la mente son las luces, los colores y, en definitiva, los carteles luminosos. Ya han pasado a formar parte de estos paisajes urbanos, convirtiéndose en un atractivo turístico más. Son lugares que no dejamos de visitar si viajamos a Londres o a Nueva York. En nuestra empresa de rótulos para fachadas en Valencia queremos destacar que, aunque no te des cuenta, esos carteles formarán parte de tus recuerdos sobre el viaje.

Haciendo un repaso por la historia de los rótulos y las letras corpóreas vamos a destacar algunas de las fachadas decoradas con estos elementos. Los orígenes de la rotulación se sitúan mucho más atrás en el tiempo de lo que podamos pensar en un primer momento. Se establecen en la prehistoria, ya que el ser humano utilizaba la expresión gráfica para comunicarse. En cualquier caso, no será hasta la Edad Media cuando esta práctica comienza su expansión. En esta época los grafismos iban siempre acompañados de imágenes para ilustrar aquello que estaban contando.

Los primeros rótulos pintados a mano en el S. XIX son el antecedente más preciso a los que conocemos hoy en día. Por estas fechas los rótulos comenzaron a llenar las calles más concurridas de las principales ciudades europeas, como Paris o Londres. Por primera vez, estos grafismos eran utilizados con fines promocionales. Se situaban en el exterior de los negocios para darles visibilidad y captar la atención de los viandantes.

Uno de los hitos en la evolución de las letras corpóreas fue la utilización de los rótulos luminosos que dieron luz a estos elementos a partir de la década de los 50. Era habitual encontrarlos en locales como  teatros, cabarets o edificios singulares. Desde Gexmon queremos destacar que no podemos hablar de la historia de la rotulación sin hablar de George Claude, el inventor de la lámpara de neón.

Entre las fachadas rotuladas que han pasado a la historia podemos destacar el Moulin Rouge de Paris, con el molino y las letras; los luminosos de PicadillyCircus o las letras luminosas de los cines Capitol en Madrid.